El viernes en el Teatro Coliseo presentás "Pynandí", ¿dónde te sentiste más feliz tocando?
Siempre que tengo la oportunidad de tocar, hay
una oportunidad de sentirme feliz. Felicidad es una palabra muy amplia, como la palabra sonreír, tiene mil matices.
Un lugar donde te gustaría ir...
Me gustaría dar un recital como el del viernes en Apóstoles, para la gente.
¿Cómo son los cinco minutos previos al show?
De lo que no se puede hablar mejor guardar silencio... No es nada del otro mundo, busco pensar que sólo soy el hijo del carpintero que sale a tocar.
¿Alguien que te gustaría que te acompañe en cada show?
La gente que es especial para mí está siempre adentro mío, aunque no esté ahí. Junto al niño, el chamamecero y todas las personas que soy y fui.