Es ecuatoriana, tiene 28 años y necesita el dinero para su madre enferma.
Una joven ecuatoriana de 28 años llamada Evelyn publicó en Internet un mensaje en el que subasta su virginidad. "Hola me llamo Evelyn y he decidido subastar mi virginidad", es el anuncio con el que la joven pretende recaudar dinero para poder pagar el tratamiento de su madre enferma.
Evelyn lleva siete años viviendo en España y admite que está desesperada: "No creo que subastar mi virginidad vaya a resolver todos mis problemas, pero me proporcionará alguna estabilidad financiera. Quiero superarme, salir adelante por mí misma y terminar mis estudios"". Además, sus firmes creencias religiosas hacen que le sea más difícil tomar esta decisión. "Mis padres nos explicaron que una mujer tiene que ser pura, llegar virgen al matrimonio, ser de un sólo hombre y entregarse a la persona que ama", explica.
En apenas dos meses ha recibido más de medio centenar de ofertas que alcanzan ya cifras millonarias, como la última, que ha superado los 2,3 millones de euros. Sin embargo, Evelyn la ha rechazado porque el postor pretendía seguir viéndola después. La joven asegura que está dispuesta a dejar pasar todas las ofertas que, como ésta, no respeten sus "decisiones".
Condiciones
Las condiciones que impone figuran en el escueto anuncio: los besos y caricias estarán prohibidos y el preservativo será obligatorio. Además, exige un certificado médico que garantice la buena salud del interesado. Ella, a cambio, corresponderá con otro que acredite su virginidad. También impone que el pago se efectúe por adelantado y anuncia que acudirá acompañada al encuentro por una persona de su confianza.
"Lo estoy pasando muy mal, pero no hay marcha atrás", explica Evelyn, "el día que colgué el anuncio no dormí en toda la noche. Me la pasé entera llorando". Decidió además contárselo a su madre: "Mi mayor temor era que mi madre se enterase por terceras personas así que se lo dije. No le gustó, me pidió que no lo hiciera, pero sé que me entiende".
No entiende por qué en España, un país con más mayor libertad sexual que Ecuador, se ha armado tanto revuelo. "Yo no estoy robando ni quitando nada a nadie. Es mi cuerpo y con él hago lo que yo quiera", argumenta. Asegura que, salvo excepciones los hombres que han conectado a su anuncio se han mostrado respetuosos y correctos, aunque ha recibido proposiciones de todo tipo, desde una noche de sexo y desenfreno hasta el papel protagonista en una película porno.
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