Es casi imposible no haber visto su rostro cuando recibía la trágica información en el confesionario de la casa más famosa: tenía cáncer cervical y le quedaba poco tiempo de vida. El video del momento preciso en el que se enteraba que estaba enferma recorrió el mundo entero. Las cámaras la siguieron desde ese trágico momento hasta su muerte, ayer, pasando por su casamiento hace apenas un mes y por las largas sesiones de quimioterapia que debió enfrentar.
Obviamente, detrás existió una causa justa del por qué decidió convertirse en la estrella de la tragedia: "Quiero darle a mis hijos la educación que yo no pude tener", explicó en su momento. Es que la chica venía de una familia muy humilde y antes de partir decidió hacer todo lo posible para dejarles una buena suma a sus dos pequeños hijos.
Goody decidió que su funeral también debía ser televisado, por lo que antes de morir programó que varias pantallas gigantes transmitan en vivo el responso desde la Iglesia St. John the Baptist.
La opinión pública de Reino Unido se mostró consternada por la muerte de la chica, hasta se comenta que estas muestras de tristeza generalizada no ocurrían desde la muerte de la princesa Diana. ¿Cuál es el límite de la televisión? Cada protagonista lo marca como guste y ella lo delimitó, quizás, demasiado lejos.