El líder Fidel Castro criticó los "descuidos" del equipo de Cuba en el II Clásico Mundial de Béisbol pese a derrotar a Sudáfrica. Dijo, concretamente, que le hubiese gustado una final de su país contra Japón. "El equipo japonés es excelente, me gustaría que nuestra victoria en el Clásico se alcanzara a costa de ese conjunto de gran maestría técnica", opinó Castro, de 82 años, gran aficionado a los deportes, incluida "la pelota", como llaman en estas tierras al béisbol.
Cuba fue subcampeón en el I Clásico, en 2006, cuando perdió precisamente ante Japón, que se quedó con el título. Llegar a la final, "no se logrará si caemos en descuidos como los que el domingo observé por la tarde ante Sudáfrica", precisó Fidel, alejado del poder hace dos años y medio por una grave crisis de salud.
"(Héctor) Olivera y (Eduardo) Paret se dejaron sorprender los dos, en primera base, y Michel Enríquez regaló un out con el avance irracional a segunda, después de batear hit, agitado tal vez demasiado en el corrido de base por la dirección del equipo", analizó Castro, en su improvisado rol de crítico deportivo.
Fue más allá: "Ese juego se habría ganado por knockout en siete innings, con 6 jonrones, dos de (Frederich) Cepeda, un récord en los Clásicos. Eso habría elevado el merecido prestigio del deporte cubano. Me permito hacer la crítica porque se trata de tres atletas extraordinarios, con enorme vergüenza y confianza en sí mismos" .
Castro, defensor a ultranza del amateurismo, agregó que los peloteros cubanos "saben que representan el deporte sano en esa lid mundial. Debo expresarlo con honestidad y admiración".