No hay dudas de que se está produciendo un cambio en los hogares mundiales. Los tradicionales televisores de tubo de rayos catódicos (CRT son sus siglas en inglés, por Catode Ray Tube), gigantescos y pesados, están desde hace unos años dejándole lugar a los más elegantes, livianos y tecnológicamente más avanzados televisores de pantalla de cristal líquido (LCD) y los de gas entre paneles de vidrio o plasma.
El boom en Argentina empezó sin duda en 2006, con el mundial de fútbol en Alemania, cuando muchos argentinos cambiaron su televisor. Mientras algunos simplemente se dieron el gusto de comprar una tele más grande, otros optaron por elegir entre las tecnologías que empezaban a acaparar el mercado. Tres años después, es casi imposible encontrar en las bateas otras opciones, pero todavía son muchos los que tienen dudas entre una tecnología y la otra. El que quiera renovar su TV tiene que aprender cuáles son las ventajas y desventajas de unos y otros, porque si bien todavía los televisores CRT o de tubo de rayos catódicos tratan de sobrevivir presentando pelea desde el precio, es clara la tendencia hacia los modelos con formato widescreen o pantalla ancha.
Los motivos son varios para el cambio: los DVDs de última generación (Blu-Ray), capaces de reproducir a grandes resoluciones y la TV digital, que ya ofrecen varios sistemas de cable o televisión satelital y que permite ver imágenes en alta definición, cientos de canales y la posibilidad de grabar programas para verlos en otro momento.
A la hora de decidirse por una u otra tecnología, conviene tener en cuenta una serie de factores:
El tamaño sí importa
Los televisores de plasma vienen con tamaños mayores que los LCD en lo que a pantalla se refiere. Arrancan de las 32 pulgadas y pueden llegar a gigantescas pantallas que superan las 100 pulgadas.
En cambio, los LCD, si bien arrancan desde las 13 pulgadas y si bien hay modelos que pueden llegar a las 100, es más común encontrar tamaños de hasta 45 pulgadas.
Para verte mejor
Las teles de plasma tienen un ángulo de visión de hasta 160 grados, mientras que los LCD hasta 175 grados. La diferencia no es tan significativa, aunque los LCD llevan una pequeña ventaja.
Refresco de pantalla
Los plasma son un poco más rápidos en refrescar la imagen y adaptarse a los movimientos rápidos en video, más que los LCD, pensados originalmente para mostrar datos, no video.
Los cazafantasmas
Las imágenes estáticas que están mucho tiempo en pantalla suelen producir una especie de sombra o efecto que se denomina como "fantasma". Las actuales teles de plasma utilizan tecnologías como la denominada "píxel orbitor", para solucionar un problema que tenían los primeros modelos. Los LCD prácticamente no se ven alterados por este problema.
Hasta que reviente
La vida útil de una tele de plasma está en alrededor de las 30 mil a 60 mil horas. Eso no significa que ahí no sirva más, sino que la lámpara brindará la mitad de brillo que cuando se compró. Los LCD tienen una duración promedio similar. Si se mira la tele entre cuatro y seis horas por día, la tele debería durar alrededor de 16 años sin problemas.
Es una cuestión de peso
Sin duda alguna, los plasma son bastante más pesados que los LCD. Así, estos últimos son más fáciles de mover y más baratos a la hora de pagar un flete.
Fragilidad
Debido a su peso y lo delicado de sus componentes, se recomienda ampliamente que una televisión de plasma sea trasladada e instalada por un profesional. En cambio, los LCD son menos frágiles y son más sencillos de instalar y mover dentro de una casa.
Brillo y contraste
Los televisores de plasma tienen mayores niveles de brillo y contraste que los LCDs. La ventaja proviene del hecho de que, bajo condiciones ideales (sin luz ambiente), los LCDs
necesitan bloquear la luz que generan para crear negros. En cambio, las TV de plasma simplemente tienen píxeles que se encienden y se apagan, con lo cual pueden crear negros más profundos y mejor contraste. Eso sí, las pantallas de cristal líquido reflejan muy poca luz, por lo que la visión en ningún momento es molesta y es más brillante.
Resolución
No siempre mayor tamaño en pulgadas significa más resolución. Generalmente, un CRT suele tener una resolución de 620 x 480 líneas, mientras que los modelos de LCD o plasma pueden ofrecer tranquilamente más del doble: 1366 x 768. Menos que eso, prácticamente no conviene. A mayor número, mayor resolución.
Precio
Si bien bajaron mucho sus precios, los televisores de plasma siguen siendo bastante caros. Sobretodo, porque arrancan con tamaños mayores que los LCD.
Preparados para las nuevas tecnologías
Las pantallas pueden traer las marcas HD Ready o HDTV. La primera indica que ese modelo puede mostrar imágenes en alta definición, pero que no incluye el sintonizador para tal fin. La segunda ya lo incluye.
Asimismo, hay que fijarse en el formato de pantalla. El viejo formato 4:3 de los televisores tradicionales está siendo dejado cada vez más de lado por el de 16:9, también llamado widescreen o pantalla ancha, como en el cine. La nueva televisión digital le saca provecho a esta tecnología, y todas las películas están realizadas en este formato.