La cita es hoy, en el Hotel BAUEN (Callao 360) a las 20 hs. Allí, actores, escritores, madres de plaza de mayo se encargarán de presentar el libro de relatos del Subcomandante Marcos titulado "Los otros cuentos". El libro viene acompañado por un CD en donde personalidades reconocidas y famosos de nuestro país como el escritor Eduardo Galeano, los músicos León Gieco y Daniel Viglietti, los actores Juan Palomino, Manuel Callau, Daniel Fanego, Gastón Pauls y Julieta Díaz, Nora Cortiñas de Madres de Plaza de Mayo y Alba Lanzillotto, de Abuelas leen los cuentos del Subcomandante, que no sólo reflejan momentos históricos de la lucha, sino también la sabiduría ancestral indígena y los principios zapatistas. El objetivo del encuentro es d ifundir la palabra del EZLN, recaudar fondos para las Escuelas Rebeldes Autónomas Zapatistas o para lo que las Juntas de Buen Gobierno consideren conveniente.
El estado mexicano de Chiapas limita al sur con Guatemala, al oeste con el Océano Pacífico y al norte y este con otros estados mexicanos. Sus 120 municipios, (sin contar los nuevos creados por el zapatismo) ocupan 75.000 Km², una superficie similar a la de la provincia argentina de Entre Ríos. Posee más del 40 % de la biodiversidad de todo México, pero el 90% de su población, cuatro millones de personas, la gran mayoría indígena y campesina, sobrevive en la extrema pobreza. Las comunidades indígenas sufren la muerte masiva de niños y niñas por enfermedades curables.
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) proviene de un movimiento guerrillero foquista y ortodoxo y nace el 17 de noviembre de 1983, transformándose en un ejército popular indígena, en un movimiento de vida que debe servir a las comunidades. Sigue la huella de Emiliano Zapata y la herencia maya; continuando con 500 años de lucha y resistencia. Son hombres y mujeres rebeldes que construyen su autonomía en busca de "Un mundo donde quepan muchos mundos". Este ejército insurgente concibe soldados para que no haya más soldados. Las armas son para defenderse. La Revolución se reinventa: "Para todos todo, para nosotros nada".
En 1994 entra en vigor el Tratado de Libre Comercio (TLC o NAFTA) con Norteamérica, una reforma que convierte a los indígenas y campesinos en propietarios individuales de la tierra, como parte del mercado capitalista, destruyendo el valor comunitario. Son las mujeres quienes empujan el proceso, gritando en todas las lenguas: "Hay que hacer algo", "Ya basta". En la madrugada del 1 de enero miles de indígenas, después de 10 años de preparación, se cubren el rostro, cambian de nombre y nombrados colectivamente como EZLN se alzan en armas, expresando sus demandas: TRABAJO, TIERRA, TECHO, ALIMENTACIÓN, SALUD, EDUCACIÓN, INDEPENDENCIA, LIBERTAD, DEMOCRACIA, JUSTICIA, PAZ, CULTURA Y DERECHO A LA INFORMACION. Los insurgentes zapatistas ocupan algunas cabeceras municipales de Chiapas y, tras doce días de combate con las fuerzas represivas del estado mexicano, respetan el "Alto el fuego" que demanda la sociedad civil y regresan a las selvas y montañas, recuperando y repartiendo sus tierras.
Comienza la organización de la lucha no violenta en un proceso de construcción de autonomía en las comunidades zapatistas. Definen el problema del poder como una "construcción desde abajo hacia arriba". El gobierno firma y no cumple con los Acuerdos de San Andrés sobre Derecho y Cultura indígena, en los que se otorgaba la autonomía pretendida.
El EZLN, rompiendo el cerco militar, nucleando a 38 municipios, da nacimiento en el 2003 a los Caracoles, como una nueva forma de organización política. Hoy son más de 40 Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas (MAREZ) divididos en cinco grandes regiones, cada una con una sede de autogobierno y centro de encuentro cultural y político (Caracol). Se declaran Autónomos. Para los mayas, el caracol es un símbolo: avanza lento pero firme y con su movimiento hacia dentro y fuera, permite ver al mundo desde la escucha mutua. Así caminan los zapatistas: tomando decisiones democráticas horizontales y por consenso a través de las Juntas del Buen Gobierno, integradas por representantes de las comunidades que se suceden de forma rotativa.
Esta realidad de insurgencia y resistencia implica la construcción colectiva de una política anticapitalista, de izquierda, organizada desde abajo, y reivindica el ejercicio de los derechos humanos, la equidad de género y la diversidad cultural. Por fuera de las lógicas del gobierno nacional y de los partidos políticos, las comunidades zapatistas construyen con sus propias manos un sistema de Salud y Educación, entre otros. En el Sistema Educativo Rebelde Autónomo Zapatista de Liberación Nacional los estudiantes y promotores de educación aprenden y enseñan mutuamente. La educación se concibe incluyente, emancipadora, bilingüe, rescata las diversas culturas, da lugar a la libertad de expresión y todos trabajan dentro de la idea de la construcción colectiva y de la autonomía elaborando sus propios programas.
El ejército federal y los paramilitares llevan a cabo una "guerra de baja intensidad" masacrando y desplazando a los campesinos indígenas. Enfrentando estos continuos embates, los zapatistas resisten y expresan su palabra. Estos hombres y mujeres luchan por ser reconocidos, por ser respetados en su propia tierra haciendo valer sus derechos. No es sólo una causa de Chiapas. No es sólo una causa mexicana. Es un despertar, un llamado a la toma de conciencia anticapitalista. Sus reivindicaciones son universales.