La profesión del dramaturgo por trabajar con la escritura es de por sí una labor muy solitaria. ¿Cómo surgió la idea de agruparse, qué objetivo los nuclea?
Siempre la escritura es una tarea solitaria, se escriba el género literario que se escriba. Me parece que hay un punto de la creación de todo arte estructural que tiene un espacio de introspección en donde el creador se conecta en soledad con lo que desea y puede trasmitir. La escritura creo que tiene un lugar de más silencio, no sé si de soledad. De todas formas en el caso específico de la autor/a de teatro creo que es el tipo de escritor con menos silencio porque es difícil pensar a un dramaturgo que esté tan apartado del fenómeno teatral sin que por ello indefectiblemente tenga que dirigir. La idea de agruparse surgió a partir de un evento que yo organizo en el Centro Cultural Borges desde hace dos años que es la Maratón de Dramatículas (Experiencias en Escena) en donde textos de nuevos autores son leídos por muy buenos actores para revivir el primer encuentro entre el actor y el texto. Esta presentación se hace los últimos sábados de cada mes y lo armé a partir de la necesidad de extender mi tarea docente como maestra de dramaturgia ya que es necesario leer el texto teatral en voz alta para poder corregirlo y porque la oralidad hace detectar problemas de dramaturgia como incoherencias del ritmo, tono, continuidad, tipo de habla de los personajes, etc.. No nos olvidemos que el texto teatral es un material escrito para ser puesto en escena en un tiempo presente. Los autores que forman parte de No hay drama son alumnos y ex alumnos míos de dramaturgia que organizan conmigo la Maratón.
El eje de este Festival de monólogos, coordinado por vos y apadrinado por Tato Pavslosky, es "Lo Desmedido", ¿ Por qué eligieron esta temática y cómo se refleja en los diferentes monólogos?
Como coordinadora del grupo cada mes fui planteando un tema para trabajar sobre la idea de imaginario social, o sea, qué es lo desmedido para cada uno o a partir de qué situación dramática cada uno puede reflejar su noción de lo desmedido. En general se escriben dramatículas -que es la porción mínima de una obra de teatro- pero con lo Desmedido se escribieron monólogos y creo que monologar es una forma desmedida de la palabra. Y si lo tomo temáticamente, creo que es una época desmedida, se consume desmedidamente, se come desmedidamente, se habla desmedidamente, se toman decisiones desmedidas y esto lamentablemente no supone que sea con profundidad. Digo lo desmedido no es profundo necesariamente por eso genera una conmoción mayor. Porque se hace algo que revierte una situación pero a veces uno no se queda con nada en limpio de lo que sucedió. Los monólogos hablan de diferentes formas de lo desmedido: lo desmedido del amor que puede llevar al desamor, los desmedido de la unión que lleva al suicidio, lo desmedido de los pedidos que puede llevar a la perversión, lo desmedido del nacionalismo que lleva al nazismo, lo desmedido de no ver lo desmedido. Para mí, lo desmedido es tomar decisiones o hacer actos sin tener en cuenta la situación y el contexto. Sin ver que determinadas causas generan consecuencias y que lo que hoy le toca al otro un día le puede pasar a uno.
Buenos Aires se caracteriza por una actividad teatral floreciente, ¿cómo ves la inserción del dramaturgo novel en el circuito teatral? ¿Creés que un festival es un modo de acercar al público a nuevos autores?
El dramaturgo es bien considerado, la dramaturgia tiene un lugar fuerte en Buenos Aires y lo está teniendo en el resto del país como en Tucumán, de hecho Guillermo Montilla Santillán es un autor y director Tucumano que forma parte de No hay Drama. El tema que la mayoría de los dramaturgos jóvenes empezamos a dirigir o algunos dirigen desde el comienzo de su vida como autores. Creo que el mayor riesgo es escribir una obra que pueda ser de un modo dirigida por uno pero que resista la lectura de un desconocido y sobreviva como material dramático independientemente de la presencia de quien la escribió. Hay que escribir un mundo acabado pero abierto de manera tal que el material sea libre. Pienso que cuando se escribe un material que sólo puede dirigirlo el que lo escribió, eso que se piensa como libertad es una imposibilidad y convierte al texto en esclavo del autor-director. Creo que un festival es una forma de que se conozcan nuevos autores y yo como autora decidí darle lugar a otros autores porque cuando se repiten siempre los mismos nombres, cuando uno encuentro un lugar cómodo, cuando uno empieza a volverse endogámico y no querer que nada florezca alrededor, uno está muriendo como artista. No hay drama surge de mi sentido de incomodidad, me gusta la incomodidad porque cuando una está demasiado tranquila con lo de una, se corre el riesgo todo el tiempo de quedarse en un lugar seguro y aburguesado en donde seguramente se tienen menos dolores de cabeza pero también se está menos vivo.
Más info:
Las funciones serán los días 16, 23 y 30 de Noviembre en
El Camarín de las Musas (Mario Bravo 960 - Teléfono: 4862 - 0655 ), a las 19:30hs y a las 21:30hs. Valor de la entrada: $20 cada función / $30 las dos funciones ( 19.30 y 21.30 hs. de corrido ).