Las ilustraciones de la nota pertenecen
a la artista mexicana Mara Cárdenas.
La palabra "ángel" deriva del latín angelus, y del griego angelos, que significa "mensajero". Por eso, la misión de estos seres de luz es ser nexo entre Dios y nosotros. "Aunque los seres humanos seamos mortales podemos percibir a los ángeles, ya que poseemos un alma inmortal", explica Ambar Cadencia en su libro "Los ángeles, esos seres de luz" (Ed. Planeta).
Ambar nació en Bogotá, Colombia, es periodista y escritora. Y fue a partir de un problema de salud de uno de sus hijos, que estuvo al borde de la muerte cuando tenía cinco años, que ella comenzó a tener experiencias angelicales. Y desde entonces dedicó su vida al estudio estos seres de luz.
Los ángeles tienen una relación muy directa con los astros. Hay un ángel para cada signo zodiacal, por lo tanto, según el nuestro, podremos invocar a el ángel que nos corresponda. "Si hacen esto, podrán notar que el contacto angelical se realizará mucho más rápido y la comunicación será más fluida", aclara la escritora. Así, a las personas de leo, les corresponderá el Arcángel Miguel, a las de cáncer el ángel de la Guarda, a las de virgo, Rafael, a las de Aries Camael, a Tauro Anael, a los de géminis Gabriel, a los librianos Samael, Azrael para los escorpianos, para los de sagitario Zadquiel, a los capricornianos Cassiel, a Piscis Azariel, y a los que nacieron bajo el signo de acuario les corresponderá Uriel.
Asimismo, Dios le ha adjudicado a cada ángel determinadas funciones. Por eso, según el tema que nos preocupe, vamos a acudir a diferentes ángeles. Al arcángel Miguel podemos acudir para pedirle protección en cualquier orden. No olvidemos que. Según la Biblia, él fue quien expulsó a Satanás. A Gabriel se lo invoca para pedir su protección en momentos de gran abatimiento o depresión. El arcángel Rafael sería como un doctor espiritual, se lo llama en casos de enfermedad, y para que se imponga la verdad sobre la falsedad. Uriel combate la ira, el odio y la impaciencia; Baraquiel no nos deja caer en la indiferencia ni la pereza; Jehudiel combate la envidia y los celos; y a Saeltiel podemos acudir cuando queremos liberarnos de algún vicio. En el libro están detalladas las oraciones para invocar a cada uno de ellos.
Pero más allá de las palabras, lo fundamental, es que al momento de llamarlos lo hagamos desde lo más profundo de nuestro corazón y con la más absoluta sinceridad. "No siempre nos comunicamos con los ángeles para pedirles algo, muchas veces lo hacemos para agradecerles o pedirles un consejo", cuenta Ambar.
En su libro ella nos explica cómo prepararnos para contactar con los ángeles. Debemos comenzar por elegir un lugar de la casa tranquilo y apacible. El tipo de música tenue, los colores de las velas, los aromas, y las gemas también tienen un significado particular. Así, el aroma a sándalo tiene efectos relajantes y afrodisíacos, la lavanda ahuyenta los miedos y reduce la cólera, el pino combate el estrés, la fatiga y los cuadros nerviosos. Y lo mismo ocurre con las gemas, y los colores. En el libro, Ambar también explica que los sueños nocturnos son una muy buena vía de comunicación con los ángeles.
Animate a contactar con los ángeles. No creas que sólo podés acudir a ellos en casos extremos. Los ángeles están para ayudarnos y protegernos durante toda nuestra vida en la tierra y más allá.