Entre hoy y mañana, varias caras que marcaron momentos únicos de esta temporada volverán a tener aire. Estarán desde el más impresentable hasta la más ignota. Algunos aprovecharán esta nueva chance para salir con los tapones de punta con tal de manotear uno de los pocos lugares que les permita volver a bailar por un sueño. Cada uno de los que viene aportará algo que el programa perdió a medida que pasaban las galas de eliminación.
Tinelli podrá volver a cancherear con el estatus de internacional con el que le gusta catalogar a su ciclo porque volverá a estar la Cicciolina
, que volverá a bailar por un sueño tras haber reposado durante ¡5 meses! por una fisura de costilla. Parece que los huesos de la porno star italiana devenida en diputada tardan más en sanar que la pulverizada pierna de Raquel Mancini.
Volverán los populares, ya que el martes volverán a estar frente a frente "La momia" De Bellis, cuyo "patadurismo" es proporcional al amor que le tiene el público, y Marianela Mirra, alguien salido de la escuela de Gran hermano, y que supo cosechar un séquito de seguidores ("Los Malitos") que son capaces de inmolarse por ella.
Como pelearse con la perrita de Jimena Cyrulnik no funciona muy bien, vuelve el perro más medidor de la televisión argentina: Xifo, el perro lazarillo de Serafín Zubiri estará de nuevo en las pistas acompañando a su amo. Con la llegada del español, la gente podrá ver de nuevo cómo el jurado se emociona con las performances de él. El jurado llora, el público llora, Tinelli llora y todos en sus casas se preguntan: "¿por qué?"
Vuelven los especialistas del escándalo, porque admitámoslo, Jessica Cirio y Karina Jelinek serán muy bonitas y pondrán toda la onda. Pero sus quilombos son charlas de a la hora del té al lado de Fernanda Vives y su conventillo personal con La Tota Santillán.
Con estos dos de nuevo en un estudio lo mínimo que se espera es que algo contundente se estrelle en la cabeza del otro. Además, por si fuera poco, vuelve Adriana Aguirre, que a donde sea que vaya lleva a la mochilla de ladrillos más conocida como su marido. Estos dos no sólo que desconocen la palabra vergüenza, sino que hacen un culto de la exposición y el escándalo.
Y si todo esto no alcanza, unos pocos decidieron darle la espalda a la propuesta de volver y, ante las ausencia anunciadas, se suman caras nuevas para que el programa tenga toda la sal y la pimienta que le faltan: el recientemente separado Matías Alé volverá para demostrar que no sólo es un apéndice inútil de Graciela Alfano, y por si le faltara un mono al circo, llega Sabrina Sabrok, una persona que cómo único atributo para estar cómo participante es tener unas tetas del tamaño de la cabeza de Tinelli. Nuevas caras igual a nuevas bizarreadas.
Para los que extrañaban el conventillo, para los que están aburridos de ver quién es mejor, si Fidalgo o Archimó, para los que quieren ver cómo el jurado se emociona con un ciego o para los que se preguntan quién volverá y quién quedará en el camino insultando a Dios y a María Santísima, para todos, el repechaje de Bailando por un sueño, ya está aquí.