Nos encontramos con Falsos Profetas en el centro porteño para comenzar el viaje rumbo al penal. Un show en la cárcel es una experiencia muy intensa. Los chicos estaban bastante movilizados. Durante el camino, en el interior de la combi, flotaban muchas preguntas cargadas de expectativas: "¿Cómo nos recibirán ?", "¿Conocerán algún tema?", "¿En qué parte de la cárcel tocaremos?", y la gran pregunta: "¿Qué se sentirá estar ahí adentro?". Los nervios y las expectativas acompañaron todo el camino hasta llegar a la cárcel.
Nos recibieron las autoridades, y al atravesar los dos portones que dividen la libertad del encierro, la sensación fue muy fuerte. Enseguida el cálido recibimiento y la predisposición de los internos lograron que nos aflojáramos. El show iba a ser en uno de los patios internos del recién inaugurado Centro Universitario. Esta nueva sede les da la posibilidad a los reclusos Olmos de cursar cuatro carreras oficiales dentro de la misma cárcel: derecho, informática, historia y sociología. A medida que se armaba y se probaba el sonido, la gente se iba acercando, y las muestras de cariño, las historias contadas y los anhelos de libertad creaban un clima muy especial. Los presos nos ofrecían mate, café, jugo y algunas tortas fritas y pastelitos amasados para la ocasión.
Los internos comenzaron a soltarse y hablar con la banda. "Muchas gracias por venir, no se dan una idea lo que es para nosotros una tarde así, lo bien que nos hace". "¡Aguante Falsos Profetas!", "Loco, escuché el disco, qué bueno que está" , eran algunos de los comentarios que se repetían. Se iba acercando cada vez más gente al show (no era obligatoria la concurrencia y algunos internos no participaron), hasta que el patio se llenó.
Arrancó el recital y nos encontramos con un público que escuchaba muy atentamente las letras, los comentarios de Martín, el cantante, y hasta cantaron varias canciones, ya que había discos circulando entre los internos. Pasaban los temas, el grupo mostraba su catálogo de historias desesperadas de amor y desamor y esto impactaba al público. " Tranquila corazón" y " Ay paloma " fueron los más aplaudidos pero Falsos Profetas tenía una sorpresa preparada: el último tema sería " Por los besos de mañana", una hermosa canción del segundo disco que termina así:
"....si algún día cuando ya sea convicto
se te ocurre venir al pabellón,
solamente podré arrojarte mil besos y un sincero te extraño .
Y esa noche no voy a pensar
en las cosas que hice tan mal, esa noche durará por siempre.
En mi celda voy a imaginar que en el baile te hacías rogar,
que morías por estar conmigo.
Intentaré escapar del penal,
los guardias tirarán a matar y desde el cielo me reiré encurdelao."
El final del show fue con estas estrofas que provocaron una explosión de aplausos y gritos entre el público. La banda se sacó las últimas fotos con un grupo de internos, que se ofrecieron a hacer de plomos con los equipos hasta la salida. Hubo abrazos inolvidables. Mientras, anochecía en el penal. Saludos y gritos desde atrás de los portones y alambrados. Promesas de regreso y mucha emoción fueron la despedida de una tarde inolvidable para Falsos Profetas y los que estuvimos ahí.
Para colaborar:
El Centro Universitario "San Pablo" de la Unidad Nº 26 de Olmos, necesita todo tipo de material educativo, se reciben donaciones a este mail: martu_urtasun@hotmail.com
Para los que quieran ver algo más de aquella inolvidable tarde, los chicos de Banda Soporte, en canal Q, cubrieron con sus cámaras todo el evento.