Jessica Almada y Belén Téllez estuvieron 18 meses presas en Barcelona acusadas de narcotráfico. Absueltas y liberadas, cuentan cómo sobrevivieron a la pesadilla y qué planes tienen ahora.
Locura, miedo, desesperación, impotencia. Las definiciones que ellas mismas dan son infinitas. En octubre de 2006, Belén Téllez (22) y Jessica Almada (21) emprendieron un viaje que hoy hubieran deseado no hacer. Al llegar a Barcelona junto a un productor que las llevaba para modelar, la Policía española las detuvo y las acusó de narcotráfico. Estuvieron 18 meses presas. Hubo un juicio, ellas fueron absueltas y el productor recibió 11 años de condena. Belén dice que su vida quedó partida en tres momentos: una antes de caer detenida, otra que se extendió durante su arresto y una tercera que nació con la vuelta al país.
Belén ahora está trabajando en el programa de Gerardo Sofovich y antes había pasado por "Bailando por un sueño": "Nunca había bailado, pero me gustó, me divertí mucho". Antes de viajar a España estudiaba veterinaria, pero estar presa marcó una bisagra que la llevó a dejar la carrera. Por el momento estudia teatro y danza, aunque planea seguir con algo en la universidad. Jessica, también en el país, dice que está preparándose de cara al futuro. Ella continúa con el modelaje y los desfiles, pero también cursa teatro y comedia musical.
Estando detenidas, Belén y Jessica se distanciaron un poco. Hasta entonces tampoco eran amigas, solo las había unido el trabajo, el viaje y la pelea por salir libres. El regreso a Buenos Aires las reubicó en distintos caminos y hoy casi no mantienen relación. Belén retomó el noviazgo que tenía antes de su odisea. Y Jessica ahora sale con un jugador de River al que conoció luego de haberse separado de su novio, que se quedó en España tras haberla acompañado durante los 18 meses que estuvo presa. ¿Qué pasó en Barcelona? Jessica, que a veces hace una pausa en su relato para no llorar, dice que "fue una locura".
"Desesperación total, esa es la expresión. Estábamos en una agencia no muy grande, pero teníamos trabajo. Era mi tercer viaje y todo terminó conmigo en un calabozo. Cuando nos estaban arrestando casi no escuchaba, todo se transformó en una nube". Para Belén, "fue como una pesadilla de la cual no lograba despertarme nunca". "La impotencia de saber que era inocente. ¿Cómo voy a ir a la cárcel? . Nunca lo llegué a entender, nunca asimilé que estaba detenida. Después intenté tomarlo de una manera positiva. La cárcel donde estuvimos tampoco era como las que uno suele ver en televisión o la idea que uno suele hacerse".
"Me imaginaba lo peor, que me iban a matar, que me iban a cortar la cara... ", relató Belén. Jessica también se imaginaba lo peor. "Una cárcel... pero era como un internado sin rejas. Eso atenuó un poco el miedo. Había discusiones entre las detenidas, pero nunca vimos agresiones físicas. Cuando llegamos no teníamos nada. Las chicas mismas nos ayudaron, nos regalaron tarjetas de teléfono, agua... Aprendí de todas ellas... costumbres, culturas". Juntas vivieron cosas fuertes, pero la experiencia no necesariamente las unió. "Cada una lo experimentó de manera diferente y tenemos formas distintas de asimilar lo ocurrido detalla Jessica--. No es fácil vincularse con ese pasado. Ahora ya está, no sirve de nada quedarse atada a lo que nos pasó. Me acuerdo de todo, pero cuando salí, dije: Ya está, listo ".
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