"Yo era químico y trabajaba en Somisa, la acería de San Nicolás. Siempre de chiquito quise ser famoso y comencé escribiendo. Recibí un premio de literatura local, uno internacional y después se me dio por la pintura. Empecé a pintar en el 85 y en el 87 recién con una técnica propia. Pinto sobre vidrio y mi movimiento es el Pop o h art ".
Así se presenta Benito Laren (1962), artista plástico y personaje de peluca canosa, anteojos llamativos y un universo pictórico plagado de imágenes religiosas, versiones de los grandes de la pintura, esoterismo, moda, extraterrestres y hasta un homenaje a Cándido López. En series y con un toque de egocentrismo que tiene una explicación muy honesta: "Yo vivo de esto. Lo que se vende es lo que hacemos, siempre tratando de inventar algo. Todo el mundo busca ser popular o vender y cuando ven que algo funciona, lo adoptan".
Sus primeros pasos en el mundo de las artes visuales se detectan en la generación off que en los 90 copó la Galería del Rojas de la mano de Jorge Gumier Maier. Desde entonces, realizó muestras en el ICI, el Consulado Argentino en Nueva York, Galerías Gara, Sonoridad Amarilla y Arcimboldo. Y próximamente viaja a los Estados Unidos: "Tuve la suerte de que un museo de Austin, Texas me cuelgue una obra. En enero me voy para allá y hago una muestra en una galería. Es un cuadro muy, muy grande, que es un tigre. Ellos se están interesando por la obra de los 90, ya tienen de Gumier, de Esquirilo, Gordín, todos amigos míos", cuenta.
Sus puertas de autos, cubiertas de bicicleta como marcos de pinturas, toda un recorrido por su excéntrica obra se podrá descubrir en la retrospectiva que desde el jueves 23 se exhibe en la Galería Transarte de Buenos Aires. Laren dice:
¿Siguen comprando sus obras los famosos?
Los Pimpinela tienen uno, también la hija de la Fortabat, en el 87 le di uno a Susana Giménez. Siempre aparece algún famoso que quiere uno. Pero el otro día me sorprendí porque dos nenitas de seis años pidieron como regalo de cumpleaños obras mías.
¿Por qué hace referencia a usted mismo en muchas obras?
Porque yo trato de ser famoso y siempre que puedo pongo mi nombre y cosas así. Porque te cuento hace como veinte años que pinto y la gente no me conoce casi.
Pero no es lo mismo ser pintor que músico...
Por eso desde el 2000 que estoy empezando con música. Ahora tengo en marcha una película que es un musical, con ocho clips. Bueno, ese es el tema: trabajo, trabajo y casi no me conoce nadie. Yo empecé escribiendo poesías y cuentos, y a las poesías de esa época las adapté como letras de canciones. Lo que estamos haciendo con la película son esas canciones y va a haber un disco para el año que viene. La película es Benito el crack. Ya grabamos un clip donde hago de un profesor de gimnasia: soy Fisi-Cacho y fue en el gimnasio Colmenia.
El arte tiene más pretensiones, a veces
Lo que pasa es que está dividido: hay un arte comercial y otro arte que sería lo que la gente siente.
¿Y de qué lado se ubica usted?
Yo estoy del arte comercial, porque vivo de esto.
Pero muchos viven del arte y no es común que lo reconozcan...
Bueno, yo no tengo problema en decirlo.