Siguen girando y girando. Ya lo dijeron desde un comienzo, el rock es un vicio y están haciendo lo posible, para que dure casi tanto como una eternidad. Este año, cumplieron dos décadas y editaron su disco número 22 Inyectado de rocanrol. Parece ser que hay Ratones para rato. Hablamos por teléfono con el guitarrista Pablo Cano, más conocido como Sarcófago, unas horas antes del recital que dieron ayer en La Trastienda.
Después de veinte años, ¿tocar se volvió un trabajo?
No, pero precisamente para evitar que eso pase hay que replantearse un montón de cosas. Pensando te das cuenta de todo lo que hiciste sin parar, sin pensar y te energizás, empezás de una forma renovada. Pensar en que cumplimos dos décadas tocando juntos nos fortalece. Cuando empezamos no había bandas, ya habían desaparecido todas. Se empezaban a formar nuevas, pero la mayoría ya no existen, como Virus, Soda Sterero, Sumo, Los Redondos, Los abuelos de la nada, la única que quedó fue la nuestra.
¿Cómo es la relación entre ustedes después de tanto tiempo tocando juntos?
Nos seguimos llevando bien y básicamente es porque somos cuatro buenas personas. A la hora de los problemas eso empieza a cuadrar, porque uno no piensa que el otro es una mala persona. Son problemas que se pueden solucionar, nada grave. Nos seguimos divirtiendo, la risoterapia todavía funciona.
¿Cuáles son los mejores momentos que te dieron Los Ratones?
Uno muy importante fue cuando empezamos a convocar mucha gente. Porque nosotros en (Villa) Devoto éramos los únicos que estábamos convencidos que este tipo de música tenía que funcionar. No teníamos referentes locales de nuestro estilo. No sabíamos si había un público, pero estábamos recontraconvencidos de que íbamos a pegar. Cuando empezamos a llevar gente fue increíble. El show que a mi me conmocionó fue uno gratuito en el Circuito KDT, fue una bocha de gente, estaba al re palo. Después, otro momento groso fue encontrarme tocando antes de los Stones, conocerlos a ellos y ver la onda que tenían. Trabajar con Andrew (Oldham, productor de los Rolling Stones) fue una experiencia buenísima. No sé, fueron un montón de cosas. La grabación del disco Inyectado de roncanrol (2006) con Pablo Guyot y Alfredo Toth, porque caímos en la cuenta de que nunca habíamos trabajado con productores argentinos. Fue muy relajante para nosotros porque depositamos mucha confianza en ellos y no nos defraudaron, nosotros nos dedicamos a tocar, que es lo más lindo.
¿Con qué músico con el que no hayan tocado hasta ahora les gustaría compartir escenario?
A mi me gustaría repetir con los Stones.
¿De las bandas nuevas te gusta alguna?
Me gusta Jóvenes Pordioseros, Intoxicados, Bala pérdida. Cuando puedo voy a verlos y generalmente toco como invitado. Lo disfruto mucho.
¿Por qué no estuvieron en el Pepsi?
No lo hicimos porque habíamos hecho varios shows muy cerca. Veníamos guirando, por suerte seguimos girando. Estamos tocando en todo el país. Fue una táctica, nada más, nada especial.
¿Están haciendo canciones nuevas para un próximo disco?
Mirá, por ahora eso lo hace cada uno en su casa. No nos juntamos para hacer canciones en conjunto. No tenemos apuro porque a los veinte años de carrera ya te lo tomás de otra manera.
¿Cómo va a ser el recital de hoy a la noche en La Trastienda?
Como tenemos un vasto repertorio y muchas horas de ensayo a las dos de la tarde nos juntamos en La Trastienda y empezamos a hacer la lista. Eso es una de las cosas más divertidas. Y La Trastienda está buena porque no muchas veces tenemos la oportunidad de tocar en un lugar chico, con buena acústica. A mi me encanta tocar ahí.
Coordenadas
Hoy a las 21
La Trastienda
(Balcarse 460, San Telmo)
Entradas: de $ 35 a $60