Distendido, luego de disfrutar un almuerzo tardío (sandwich de pollo, papas fritas y gaseosa, para sumar detalles) Chino Darín (26) recibe a la prensa. ¿El motivo? Presentar su nueva película, Voley, film que dirige y también actúa Martín Piroyansky y que lo tiene al Chino como uno de los actores protagonistas, junto a Violeta Urtizberea, Inés Efrón, Justina Bustos y Vera Spinetta.
"De Voley me resultó muy enriquecedor trabajar con estos actores y, a nivel personal, lo que me llevo son amigos: nos juntamos casi todas las semanas a cenar".
Luego de un 2014 alejado de la televisión, el actor apostó fuerte. Por caso, sorprendió en Muerte en Buenos Aires, proyecto que le permitió mostrar un color actoral diferente, incluso con una escena gay-sadomasoquista que dio que hablar. "El año pasado me dediqué conscientemente a hacer solamente cine y, este año, tengo un proyecto de tele, pero no sé cómo seguirá el 2015. A futuro uno se va manejando por cómo le vibra. Hay que juzgar cada proyecto por sí mismo", adelanta a Ciudad.com, abriendo paso a la nota en la que navega sobre el estreno, sus mayores inquietudes y la carrera de su padre, Ricardo Darín.
Además, se animó a un jugado ping pong, a tono con la temática del film: ¿Perdonaría la traición de un amigo? ¿Fue infiel? ¡Todas las respuestas en esta nota!
-Arranquemos hablando de Voley, ¿en qué cruza esa palabra, ese deporte, a la película?
-Los personajes van a pasar Año Nuevo al Delta de Tigre, medio aislados de la sociedad, y la escena en la que ellos se juntan a jugar al vóley pone de manifiesto los problemas que se fueron gestando entre todos estos chicos, donde hay parejas y amigos íntimos. Vienen sucediendo cosas a escondidas y, en el momento del vóley, se cruzan miradas, empiezan a entender lo que está pasando y cómo están cambiando sus relaciones.
-¿Tu personaje de qué se trata?
-Yo soy Nacho, un pibe, tal vez, un poco más joven que yo. Todos tienen una especie de adolescencia tardía todavía muy presente en sus personalidades. Pero, en particular, Nacho es un pibe muy tranquilo, cero conflictivo y muy relajado. Está de novio con el personaje que interpreta Violeta Urtizberea (Manuela) y es el mejor amigo de Nico (Martín Piroyansky). Y, dentro de esta relajación que él tiene, de esta cosa medio let it be, que es bastante opuesto al personaje de Violeta, que es un poco más estridente, más demandante, un poco más histérica, podría decir, pero que no me escuche... (bromea), se va a encontrar con que empiezan a modificarse y a romperse los vínculos que hay entre todos. Nacho se ve forzado a enfrentar situaciones con su novia y con sus mejores amigos.
-Se pone sobre el tapete la traición, la amistad, los valores...
-Sí, todo dentro de un contexto que propicia que salga lo peor de cada uno. Al estar aislados, sin que nadie pueda intervenir, empiezan a haber elucubraciones, se revelan las verdaderas intenciones de cada uno.
"Soy súper cinéfilo. No veo mucha televisión, pero sí veo muchas películas; veo teatro, pero ni loco la cantidad de cine que vi en mi vida".
-Esta película se filmó en 2014, año en el que rodaste varias cintas. ¿En qué te enriqueció a nivel profesional y personal hacer Voley?
-A nivel profesional, me resultó muy enriquecedor trabajar con estos actores. En principio, antes de hacer el casting, sabía que iba a estar Martín, Violeta e Inés, que son tres actores que a mí me encantan y que, además, tienen cierta sensibilidad compartida, un estilo similar, sobre todo en la comedia. Su facilidad para la comedia me resultaba muy atractiva porque no creo que yo tenga esa facilidad, y me gustaba meterme a trabajar con ellos. Después se completó el elenco y me enteré que estaba Vera Spinetta, que es lo más, y Justina, que la adoro también. Y, entre todos, pudimos armar este grupo de amigos que pide la película. A nivel personal, lo que me llevo son amigos, nos juntamos casi todas las semanas a cenar. Y una experiencia increíble de haber vivido un mes y medio en Tigre, estuvimos realmente aislados de la sociedad. Creo que todos nos vamos a quedar con un muy buen recuerdo.
-Hiciste cine, teatro y televisión, ¿cuál es el espacio en el que te sentís más cómodo?
-El cine me encanta, pero no hay uno que me guste más porque todos proponen sus propios desafíos para la actuación. Probablemente, el que más me guste sea el cine, pero porque soy súper cinéfilo, que es algo que no me pasa con los otros espacios. No veo mucha televisión, pero sí veo muchas películas; veo teatro, pero ni loco la cantidad que he visto de cine en mi vida. Soy fanático del cine, es algo que me apasiona.
"Me gusta pensar que me van conociendo por mi trabajo y no por ser 'el hijo de Darín', sino sería un poco ridículo a esta altura...".
-¿Qué es lo que te atrae de un proyecto para que decidas estar?
-Depende del proyecto. Hay veces que primero te enterás del guión y te capta, te gusta, y después ves quién va a estar ahí. A veces está buenísimo y otras no es lo que te esperabas. Te pueden pasar mil cosas y cada caso es muy particular. Me ha pasado querer trabajar con un director y después, cuando estaba jugando eso, me di cuenta que el proyecto no me convencía tanto. En general, lo que me gusta es que haya una historia para contar y que el personaje que a uno le toca tenga cierto atractivo.
-Tenés una carrera corta, pero vasta y variada. ¿Creés que la gente te fue conociendo y valorando más por tu trabajo actoral que por ser 'el hijo de Darín'?
"Creo que perdonaría una infidelidad, pero no me pasó y, desde acá, es fácil decirlo. ¿Si fui infiel? Es relativo, estábamos en un impasse...".
-Espero que sí y no porque soy 'el hijo de Darín', que no creo que haya sucedido ni desde un principio, tal vez en la mirada de algunos sí… Por suerte, yo nunca lo sentí desde que empecé a trabajar. Me gusta pensar que me van conociendo por mi trabajo, sino sería un poco ridículo a esta altura. No pienso mucho en eso, pero ahora que me hacés la pregunta, supongo que sí. De hecho, he pasado por distintas situaciones e instancias: hice pruebas, castings, tuve que aproximarme a personajes y hacer un laburo, juntarme. Es más, me da mucha desconfianza cuando alguien viene con un guión y te dice: 'Quiero que hagas esto'. ¡Es raro! Cuando no hay ningún justificativo y el personaje no tiene nada que ver con uno, vos decís: "¿Qué pasó acá?". Hasta ahora no me ha pasado de encontrarme con ese tipo de situaciones, por suerte. Yo siento que de una forma o de otra, mal o bien, se pudo ver algo de lo que yo hago y a algunos les habrá gustado, y a algunos no, pero me siguen convocando. Eso para mí está bárbaro porque se renuevan las oportunidades.
-Saliendo del plano laboral, ¿estás de novio?
-No, estoy soltero.
-¿Volverías a apostar al amor de alguna famosa (su última novia fue Calu Rivero), por la exposición que eso implica, siendo tan reservado?
-Eso es cierto, pero no mediría el amor en esos términos... Si sucede, sucede, no ando fijándome si es famosa o si no es famosa.
-Finalmente, ¿abandonaste el nido paterno?
-Sí, estoy mudado. Todavía no sé dónde se lava la ropa (risa). No, mentira, me llevo bien...
¡PING PONG! El Chino, en pocas palabras:
-La traición de un amigo, si está con tu novia, ¿se perdona?
-No sé, nunca me pasó.
-¿Qué priorizarías: la amistad o el amor?
-La mayor traición, me parece, es la de un amigo, y no la de mi novia (N. de la r.: como sucede en el film, Voley). A la vez, es más probable que me amigue con él que con mi novia. ¡Es rarísimo!
-¿Alguna vez fuiste infiel?
-Es relativo, no estaba en el noviazgo realmente, pero tampoco estaba formalizada una separación. Estaba en un impasse extraño.
-¿Te fueron infiel?
-No lo sé, y no me preocupa tampoco.
-¿Perdonarías una infidelidad?
-Sí, creo que sí. No me pasó y, desde acá, es fácil decirlo porque nunca me encontré con esa situación. Pero creo que sí.
-¿Una anécdota de fin de año con tus amigos?
-Vean la peli... de esas cosas, me pasaron un montón.