"¿Cómo no voy a ser celosa si lo amo muchísimo, si es espléndido, si a mí me gusta tanto? ¡Cómo no le va a gustar a otras personas!".
Carolina “Pampita” Ardohain (36) prioriza a su familia a la hora de elegir un trabajo y se declara absolutamente perfeccionista y súper positiva: “Todo el tiempo busco el lado bueno a las cosas”, aclaró a La Nación revista.
La modelo fue una sensación a comienzos de los 2000 y mucho se dijo sobre ella y su complicada relación con sus compañeras de pasarela. “No sé si llorar, pero hubo maldades. Se vivía un boom que ya no existe. Era, sin dudas, el tiempo de las modelos. Todo el mundo nos conocía y había una competencia impresionante. Se mataban para ver quién abría o cerraba la pasada, a quién filmaban o nombraban más al otro día. Y es cierto que desaparecía la ropa que debías ponerte, también los zapatos. Me hicieron muchas de esas, pero nunca lograron bajarme. Sabían que yo del desfile jamás me iba a ir. Esa alta exposición tenía su precio. Hoy todo ese conventillo es historia”, sintetizó Pampita.
El crecimiento personal y profesional fueron a la par. Hoy, la modelo se siente más madura, segura y también tolerante. “La vida. Los años. La experiencia. Antes era más insegura. Me miraba más en el espejo, le pedía al fotógrafo que me mostrara cómo estaba quedando el trabajo. Ahora ni pregunto qué me van a poner. Me entrego, confío. En general elijo vivir de esa manera”, aclaró la modelo.
"Por las dudas, yo estoy atenta a todo lo que lo rodea. La verdad es que no se me escapa nada. Soy muy fogosa, hablo fuerte y digo las cosas".
A pesar de viajar por todo el mundo y enfrentarse a diferentes idiomas, hay uno que le quita el sueño y aunque intentó dominarlo a la perfección, aún es una tarea pendiente: “Algo que deseo y no logro es poder hablar bien inglés. Lo intenté de mil maneras, pero nunca tengo el tiempo suficiente. Contraté profesor a domicilio, fui a la escuela en Estados Unidos, con libros y deberes para hacer en casa. ¡Pero no hay caso! No soporto mi pronunciación. Igual, como soy de dar batalla, es un tema que en algún momento resolveré", concluyó.
En la intimidad de su hogar nadie la llama por su famoso apodo. Su marido, el actor chileno Benjamín Vicuña (36), la llama Ana. “Desde el día uno soy Ana Carolina; a él le encanta el nombre. Y me acostumbré". Un tema que no pudo quedar fuera de la entrevista, fueron sus celos… que se hicieron famosos luego de una supuesta pelea con Isabel Macedo. La periodista le consultó si las versiones sobre sus celos eran mito o realidad y la modelo no dudó. "Realidad. Pero celos normales. ¿Cómo no voy a ser celosa si lo amo muchísimo, si es espléndido, si a mí me gusta tanto? ¡Cómo no le va a gustar a otras personas! Llevamos diez años juntos. Nos miramos y ya entendemos todo. En la vida hay mucho atrevido y atrevida dando vueltas. Por las dudas, yo estoy atenta a todo lo que lo rodea. La verdad es que no se me escapa nada. Soy muy fogosa, muy italiana. Hablo fuerte y digo las cosas”, precisó la conductora.