"En los sueños estaba mi hijo Gustavo; Ester, mi mano derecha; Wilbur, que es mi gato felino. Mi papá y mi mamá no estaban, pero Hugo sí entraba en algún momento. Los sueños eran un delirio total. Ahora está equilibrada la cosa y tengo noción de qué era sueño y qué era realidad".
Gerardo Sofovich (77) logró recuperarse de una grave internación que duró dos semanas e incluyó desde asistencia respiratoria mecánica hasta una intervención en la que le colocaron un marcapasos con desfibrilador y sincronizador.
Audiblemente compuesto y con su acidez y particular humor intactos, Gerardo habló vía telefónica con El Diario de Mariana y contó cómo vivió la internación, cómo está hoy de salud y le dejó un mensaje a Luis Ventura, quien le había augurado una pronta recuperación.
Con respecto a su etapa en terapia intensiva, Sofovich relató: "He tenido muchos sueños que se me confundían con la realidad. No quiero contar mucho así no los sacan de contexto. Por supuesto que estaba mi hijo, Gustavo; Ester, mi mano derecha; Wilbur, que es mi gato felino. Mi papá y mi mamá no estaban, pero Hugo sí entraba en algún momento. Los sueños eran un delirio total. Ahora está equilibrada la cosa y tengo noción de qué era sueño y qué era realidad. Me mostró Ester todos los mensajes que me llegaron, pero en un momento decidí borrar todo".
El conductor sumó: "Mi tratamiento sigue el domingo a las 20.30 en Los 8 escalones. El domingo vuelvo al programa. Tengo que hacer una dieta con proteínas para recuperar el tono muscular, eso requiere un poco de trabajo. Voy a estar en condiciones de divertirme como siempre en el programa". Sin embargo, no se mostró abierto a una tregua con Ventura, con quien mantiene un enfrentamiento (mediatizado) desde hace años: "No me extraña ninguna hipocresía de ese señor. Todos sabemos que si lo hizo fue de hipócrita. Se quedó con las ganas de patearme el cajón", disparó Sofovich. Ventura había dicho: "Gerardo, dejate de joder. No me dejes acá, dale, aguantá. Quiero que te mejores, quiero que salgas, que te den el alta. Te va a ir bien, vas a mejorar, y después nos vamos a romper el cu... como nosotros queremos. Dale, vamos Gerardo".
Por último, consultado por su adicción al cigarrillo, contestó con picardía: "¿Qué es eso? El último lo fumé antes que me internaran. Esta vez entendí que no tiene sentido, después de tanto sacrificio mío y de los médicos también. A pesar de lo que me pasó, sigo sin tenerle miedo a la muerte; al contrario, tuvimos un momento de intimidad. Estoy muy bien ahora, ¿no se nota?".