Marcela Fuedale llevaba algunos días ausentándose de Infama, al igual que de ShowMatch. Su vacío se notó y comenzó a preocupar a sus compañeros de trabajo. "Yo me preocupé, porque La Enana es un soldado", dijo Santiago del Moro en su programa vespertino, mientras Feudale, a corazón abierto, contaba que estuvo mal. Su presión arterial subió y sus temores, también.
"Uno tiene muchas responsabilidades familiares, no me puedo permitir flaquear. Además, porque económicamente también soy importante en la familia"
"Un domingo, mirando a la señora Mirtha Legrand, escuché que dijo: 'En la televisión solamente nos reímos, no hay lugar para otra cosa, siempre hay que estar bien'. Y yo dije: 'Es muy fuerte' y me pregunté por qué me pegaba esta frase. Sentí que pasaba por ahí, que una a veces va tapando, tapando, tapando porque no podés venir de mal humor, porque siempre hay que reír, estar bien… Y de pronto adentro no pasa lo mismo. Entonces hacés un esfuerzo y termina repercutiendo en lo físico, por eso me subió la presión. Esto empezó un jueves y nunca más bajó y me asuste. Y empecé a tener miedo de moverme", manifestó, temblorosa mientras hacía su relato.
Los temores la invadieron y la locutora se acercó al Sanatorio de la Trinidad para hacerse un chequeo con un cardiólogo. El resultado físico le dio bien, pero manifestó que su batalla pasa por lo interno, por las presiones personales, familiares y las que impone el propio medio televisivo en el que trabaja.
"Nosotros estamos en la televisión, sonreímos, pero no tenemos todo resuelto. Tenemos dilemas éticos, morales, personales, amores fallidos, amores exitosos, gente que querés, que no te quiere… y con todo eso uno va caminando"
"Lo que pasó fue lo físico, sigue el proceso mental. Uno a veces se siente solo. Uno tiene muchas responsabilidades familiares, no me puedo permitir flaquear. Además, porque económicamente también soy importante en la familia", dijo.
Coincidiendo con el refrán que reza que ‘no todo lo que brilla es oro’, Feudale asumió que "muchas veces las apariencias engañan, porque uno se miente y se muestra bien, pero la procesión va por dentro".
"No tenía ganas de volver, no tenía ganas de atender el teléfono, no tenía ganas de explicarle a nadie lo que me estaba pasando. Nosotros estamos en la televisión, sonreímos, pero no tenemos todo resuelto. Tenemos dilemas éticos, dilemas morales, dilemas personales, amores fallidos, amores exitosos, gente que querés, que no te quiere, fracasos personales… y con todo eso uno va caminando", manifestó.
EL MOMENTO DEL QUIEBRE
"No he logrado formar una pareja, entonces, esa soledad se siente y repercute en la cabeza de una mujer de mi edad"
Inmersa en un angustiante relato, Marcela no pudo contener el llanto cuando recordó a su padre, que falleció hace 10 años y aún lo añora. Este factor también influyó en su pesar actual.
"Mi padre falleció un 5 de agosto de 2004 y en ese no pensar, no pensar nunca, te das cuenta de que a mí me cambió la vida y yo lo único que hice fue correr para tapar agujeros. Desde ese día que él se murió, no tuve nunca más un compinche con quién pelearla. No he logrado formar una pareja, entonces, esa soledad se siente y repercute en la cabeza de una mujer de mi edad", finalizó Marcela Feudale, quien por unos días contradijo a esa máxima que dice "el show debe continuar". No a cualquier costo.