Reynaldo Wabeke (31) se hizo conocido hace 6 años, cuando se casó con Adelfa (el 28 de septiembre de 2007), una anciana 58 años mayor que, tan sólo 24 días después de la boda, murió y le dejó todos sus bienes a su marido.
"Con Adelfa sólo tuve una amistad, nunca tuvimos sexo, ella era la mejor amiga de mi mamá y me cambiaba los pañales de bebé. Me casé con ella para que yo pueda tener la obra social, coordinamos el casamiento para eso. No me arrepiento porque la quise mucho".
Luego el joven se convirtió nuevamente en noticia cuando volvió a contraer matrimonio, en este caso con su novio (del que luego se divorció), convirtiéndose en el primer argentino en casarse con un hombre y una mujer.
Esta vez Reynaldo volvió a aparecer en los medios pero con un motivo para nada feliz. El viudo de Adelfa, como se lo conoce popularmente, vive un drama: perdió la casa que heredó, la pensión no le alcanza para pagar sus gastos, se le hace difícil la subsistencia y confesó que intentó suicidarse dos veces.
En El Diario de Mariana relató su duro presente: "Hace dos años que estoy viviendo una pesadilla. Siempre viví en la casa de Adelfa, la señora con la que me casé y a quien voy a querer siempre. Pero vino una gente a decirme que la mitad de la casa era de ella. Me dijeron que tenía que dejarla, que no era mía, que era de los parientes de Adelfa y yo les dije que era el heredero universal. Los abogados me dijeron que tenía la casa perdida y que se las tenía que dar. Después descubrí que los que vinieron a echarme eran unos matones mandados por la mafia de estos abogados. Uno de ellos se llama Daniel, tiene varias casas usurpadas que luego las revende en una inmobiliaria trucha de su propiedad. La cosa es que el 50% de la casa de Adelfa es mío y el 25% de unos familiares de ella, pero nunca me reclamaron nada judicialmente. Incluso tengo escrituras y papeles que acreditan todo. Se hizo la sucesión y la declaración de herederos. Me amenazaron de muerte estos matones que antes mencioné y me dijeron que si no firmaba el papel y dejaba todo lo de Adelfa, me mataban. Tuve que aceptar irme de la casa de Adelfa para vivir tranquilo y hacer mi vida y me quedé sin nada", contó Reynaldo.
"Intenté ahorcarme dos veces y llegó mi ex pareja y me detuvo. Siento que no encuentro salida. No tengo más nada que perder. Además, sufro de depresión. Mis mascotas son lo único que me aferran a la vida".
El viudo de Adelfa reconoció que tiene problemas de salud y confesó: "Muchas veces pensé en quitarme la vida. Intenté matarme, intenté ahorcarme dos veces y llegó mi ex pareja y me detuvo. Siento que no encuentro salida. No tengo más nada que perder. Además, sufro de depresión. Mis mascotas son lo único que me aferran a la vida. El sueldo no me alcanza para comer a veces. A veces como fideos solos o arroz solo. Quiero conseguir un trabajo, trabajar de barrendero, de cualquier cosa. Me alcanzaba hasta ahora con los 5 mil pesos que cobraba de la pensión de Adelfa, pero tengo que pagar el alquiler, los gastos... Manuel, mi pareja con la que convivo hace dos años, trabaja pero igual nos cuesta mucho".
"Adelfa quería casarse conmigo para no dejarle nada a un cuñado. Con ella sólo tuve una amistad, nunca tuvimos sexo, ella era la mejor amiga de mi mamá y me cambiaba los pañales de bebé. Me casé con ella para que yo pueda tener la obra social, coordinamos el casamiento para eso. No me arrepiento porque la quise mucho. Me da bronca por todo lo que ella luchó y ahora vienen estos hijos de p... y se llevan todo", agregó Reynaldo, inmerso en una tristeza muy distante de aquella alegría con la que se hizo famoso hace 6 años.