¡Guapa y madraza! Inés Estévez: "Mis hijas son dos seres increíbles, me tocó ayudarlas a evolucionar y ellas me han ayudado a evolucionar a mí"
La actriz, que se sumará a Guapas en septiembre, tras 8 años sin TV, habló de la relación con sus hijas adoptivas, Cielo y Vida, y más.
"Como con todos los roles afectivos, soy una persona particular en ese aspecto: tengo una gran conciencia de muerte. Es decir, soy muy consciente de que yo mañana puedo desaparecer".
La vida de Inés Estévez cambió mucho en los últimos años. La reconocida actriz decidió retirarse de su carrera y, junto a su por entonces compañero, Fabián Vena, llevaron a cabo un gran acto de amor, al adoptar dos nenas.
Cielo y Vida llegaron en 2011 para convertirlos en una familia. Luego, en 2013 la pareja de actores se separó y más tarde Inés volvió a su trabajo como actriz, cuando tras 7 años reapareció en cine con su papel en El misterio de la felicidad, la película que protagonizó con Guillermo Francella.
"En estos años me han llegado más proyectos que antes, sobre todo de teatro y cine y un par importantes de televisión", dijo Estévez en Cocine, ciclo del canal FWTV. "¿Si voy a hacer una 'Guapa'? Aparentemente sí, estamos en conversaciones. En realidad me habían llamado de entrada para hacer un personaje y yo estaba en una situación en la que no podía y no me animaba a abocarme a una tira diaria, que es algo que hice una sola vez en mi vida hace muchísimos años. Ahora Adrián Suar inventó un personaje divino para tentarme y cuando fui a charlar con él, pensé que era por pocos capítulos y me dijo: 'Entrarías en septiembre y te quedarías hasta el final'".
"¿Si voy a hacer una 'Guapa'? Aparentemente sí. Suar inventó un personaje divino para tentarme y me dijo: 'Entrarías en septiembre y te quedarías hasta el final'".
Inés Estévez también habló de su rol como madre y contó: "Como con todos los roles afectivos, soy una persona particular en ese aspecto: tengo una gran conciencia de muerte. Es decir, soy muy consciente de que mañana puedo desaparecer: cruzás la calle, se te cae un piano en la cabeza y fuiste. Entonces me vinculo con la gente que quiero sin ningún trazo de posesión. Nadie me pertenece y yo no le pertenezco a nadie. Con lo cual tengo un gran compromiso con esa persona. Con mis hijas no deja de ser del mismo modo. Ellas no me pertenecen. Son dos seres increíbles, a las cuales me ha tocado acompañar para ayudarlas a evolucionar y ellas me han ayudado a evolucionar a mí, como cualquier persona que uno ama: familia, amigos, padres, hermanos. Es un rol afectivo más y tiene el mismo grado de responsabilidad que le imprimí siempre a todos los roles. Tiene que ver con 'cuidado con lo que decís' y 'cuidado con lo que hacés', porque puede ser lo último que escuchen o vean de vos. Elegilos todos los días y da lo mejor de vos. Es un aspecto más de la capacidad de amar y una vocación de servicio. Es muy distinto querer ser padre que querer tener hijos. Querer ser padre tiene que ver más con dar".
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