La tercera boda para Kim Kardashian (¿será la última?) y la primera del famosísimo y millonario rapero Kanye West finalmente se realizó. Después de tantas especulaciones, la socialité y el cantante tuvieron una majestuosa fiesta en Italia.
El gran evento, en el que la pareja dio el “sí, quiero", se realizó el sábado pasado y asistieron amigos y familiares, además de su pequeña hija, North West. Aunque los grandes ausentes fueron Beyoncé y Jay-Z, este último es muy amigo de su colega pero parece que las mujeres no se llevan nada bien.
El casamiento se realizó en el histórico Fuerte de Belvedere, construido en el Siglo XVI, y Bruce Jenner (marido de la madre de la novia) fue el encargado de llevar a Kim hasta el altar. Ella, en tanto, lució un hermoso vestido, bastante discreto para lo que acostumbra, de mangas largas con encaje y transparencias que le confeccionó el diseñador Riccardo Tisci, el director creativo de Givenchy.
Dentro de lo que fue la ambientación, según lo que trascendió a los medios, se destacó un piano de cola de color blanco con el que un músico interpretó la marcha nupcial, mientras que las paredes de la fortaleza estaban cubiertas con jardines verticales de rosas blancas. Además, la pareja tuvo la suerte de contar con el cantante Andrea Bocelli, quien interpretó "Con te partirò" en el momento en el que ella recorría el largo pasillo hacia el altar para encontrarse con su amado.
Kardashian se casó por primera vez en 2000 con el productor musical Damon Thomas, y en 2011 contrajo nupcias con el jugador de basketball Kris Humphries, cuyo matrimonio duró apenas… ¡72 días!