"Mariano mandó un mensaje deseándole buena onda a todo el elenco y hablando bien de mí, cosa que me gustó y que yo también hubiera hecho porque siempre tuve buenas referencias de él. Me gustó el gesto".
Este verano, Diego Pérez (44) decidió no hacer teatro y se quedó en Buenos Aires grabando Mis amigos de siempre. Con una temporada alejado de las marquesinas, la última propuesta laboral le vino como anillo al dedo ya que, según cuenta, le estaba "picando el bichito" de las tablas.
El lugar que ocupará no es uno más, ya que tomará el papel que dejó Mariano Iúdica en Mansión Imposible, tras su conflictiva salida de Ideas del Sur.
“Cuando se enteraron de que firmé el contrato, todo el mundo me mandó mensajes de buena onda, incluso Mariano Iúdica”, comentó en diálogo con Ciudad.com, y luego se adentró en otros temas: su buena relación laboral con su compañero de obra Pedro Alfonso, su amistad con Carlín Calvo y una reflexión sobre la fuerte competencia en la televisión.
-¿Cómo tomaste la iniciativa de sumarte a la gira de Mansión Imposible?
-Muy bien. En el verano había parado con el teatro, me quedé en Buenos Aires para hacer Mis amigos de siempre. Me vino bárbara la propuesta de Adrián Suar, pero ya pasaron cuatro meses y me empezó a picar el bichito de las tablas. Esta propuesta cayó justo. Es una obra muy divertida, fue un exitazo y el personaje me gustó también.
-¿Hablaste con Mariano Iúdica, cómo manejaste ese traspaso?
-Cuando llegué, ya había pasado toda la polvareda y habían terminado las conversaciones con él. Cuando se propuso mi nombre, el elenco dijo que sí, porque todos querían seguir trabajando, sobre todo porque somos ocho actores: a veces quedan cuatro para la gira y se desiste. Cuando se enteraron de que había arreglado, todo el mundo me mandó mensajes de buena onda, incluso también Mariano, primero por Twitter y segundo por un grupo de WhatsApp, que nos incluye a todos los que estamos en la obra.
"Pedro (Alfonso) está conmigo todos los días, no faltó ni a un ensayo. Se lo voy a agradecer siempre, es un pibe de una proyección bárbara y me gusta mucho lo que hace".
-¿Qué te dijo en el mensaje?
-Era un mensaje de muy buena onda, deseándole buena onda a todo el elenco y hablando bien de mí, cosa que me gustó y que yo también hubiera hecho, porque siempre tuve buenas referencias de él. Cada vez que nos cruzamos tuvimos buena onda, aunque no trabajamos nunca juntos. Somos más o menos del palo del laburo, dos laburantes. Me gustó el gesto de él.
-¿Qué creés que le vas a aportar vos al personaje?
-Cada uno tiene su estilo, a lo mejor no tengo el mismo estilo de Mariano. Yo tengo los tiempos de la comedia, así que digamos que las características son similares, aunque tengo un estilo propio. El personaje es muy pícaro, somos una dupla de detectives con Pedro (Alfonso), que es el más inocente, más torpe, y yo lo reto. Pero en realidad somos dos inoperantes. Tienen una cosa, salvando las distancias, de lo que eran El Gordo y el Flaco o los Tres Chiflados.
-Mariano Iúdica y otros actores habían dicho que Pedro estaba muy bien, que era una revelación en la comedia. ¿Has ensayado con él, cómo lo ves?
-Sí, ¡estoy ensayando todos los días! Pedro me está dando una mano enorme, porque el 70 por ciento de mis escenas son con él. Está al lado mío, la primera lectura la hicimos en su casa. No faltó ni a un ensayo. Se lo voy a agradecer siempre, es un pibe de una proyección bárbara y me gusta mucho lo que hace porque es tan opuesto a mi estilo. Ese humor tan impávido, tiene una cara tan expresiva sin expresarse mucho. Tiene ángel.
-¿Qué pensás de esta guerra tan fuerte entre los canales por las figuras y los conflictos por los pases?
-Cuando firmás un contrato, por ejemplo con El Trece, no te vas a sorprender si te dicen que en Telefe no podés hacer una ficción, o una nota en un piso. La competencia es grande y creo que todo el mundo entró en eso y no se prestan mucho las figuras. A nosotros los actores nos limita en el sentido de que por ahí yo estoy trabajando en un canal, pero también estoy haciendo una obra, entonces te invitan de la competencia y tenés que pedir permiso. A veces te dejan y otras no, depende. Pero cuando te contratan, ya sabés que será así.
-¿Es una traición irte de un canal a otro? Porque en el caso de Mariano Iúdica, algunos cuestionaron la manera en que lo hizo.
-Mariano firmó con otra empresa y optó por otro camino, es eso, no sé si es una traición, no lo sé porque no lo viví. Solamente ellos saben la verdad, de afuera todo el mundo opina... Pero ellos saben cómo fueron las cosas. Tocar de oído me parece feo.
"Cada vez que terminamos una obra es un momento difícil. Cuando uno arma un lindo grupo de trabajo, se viven eternas despedidas. Te encariñás, porque vivís situaciones especiales. Te hacés amigos en esta profesión. Además, podrá tener cosas difíciles pero para nosotros es una hermosura el cariño del público".
-Desde afuera, a veces parece que los actores o conductores se transforman en un producto, más que en personas que pueden decidir dónde trabajar. ¿Es tan cruel la televisión como parece, a diferencia del teatro?
-Donde hay competencia todo es más difícil, en el teatro se ve menos porque no tiene la difusión diaria de la televisión, pero si empiezo en Mansión Imposible en calle Corrientes y Flavio Mendoza me invita a hacer un cuadro de Stravaganza, me van a decir que no. Las internas deben estar desde en los bancos u hospitales, hasta el chico que trabaja en una autopista. En la tele todo está más potenciado porque uno lo ve. Pero vos sabés que cuando yo trabajaba haciendo cámaras ocultas, iba a una tienda, por ejemplo, y me decían: ‘Si venís acá, no sabés las cámaras ocultas que podes hacer, hay cada aparato...’.
-¿Cuáles son los lados buenos de tu profesión?
-Que te hacés unos amigos bárbaros. Con Carlín (Calvo) nos hicimos muy amigos (N de la R: trabajaron juntos en Taxi en 2010 y Pérez fue uno de los primeros en darse cuenta de los síntomas de su amigo, en el momento que sufrió el ACV). Y cada vez que terminamos una obra, es un momento difícil. Cuando uno arma un lindo grupo de trabajo, se viven eternas despedidas, entonces te encariñás, porque vivís situaciones especiales, como elencos donde ha habido parejas que se arman, después ver cómo crece el hijo y pasan unos años y ves al hijo enorme. Les pasa a todos, también conmigo.
-¿Cómo está Carlín? Lo último que vimos fue el homenaje que le hicieron en Mar del Plata, donde recibió una placa otorgada en el Concejo Deliberante.
-Vino a mi cumpleaños de 50 en febrero. Está disfrutando muchísimo de las salidas. Lo llevamos a pasear con el grupete de amigos que frecuentamos. Está tratando lo que tiene, evolucionando y cuidándose. Antes de que pase lo que mencionaste de Mar del Plata, lo llevamos para su cumpleaños al show de Martín Bossi, que le dedicó la función. Estaba feliz, todo el mundo lo aplaudió de pie, tuvo un gran reconocimiento. El público lo esperó en la calle, lo ovacionaron, le dieron fuerzas. Por eso digo que esta profesión podrá tener cosas difíciles, pero para nosotros es una hermosura el cariño del público.