"La gorda se queda en casa con mi hermana o con su abuela paterna. Si tuviera que dejarla con una niñera, no lo hubiera aceptado".
El 15 de junio de 2013, la vida de Sabrina Rojas cambió para siempre. Tras nueve meses de ansiada espera, la actriz posó sus ojos por primera vez en el rostro de Esperanza, fruto de su amor con Luciano Castro. La beba nació por cesárea, en el Sanatorio de los Arcos, del barrio porteño de Palermo, y pesó 3,800 kilogramos.
Embelesada con su primera experiencia como madre, Sabrina se dedicó pura y exclusivamente a atesorar cada momento junto a la pequeña Esperanza. Lógicamente, su trabajo como actriz quedó relegado a un segundo plano en pos de su maternidad. Pero el bichito de la actuación seguía latente y cuando recibió una propuesta de Quique Estevanez para sumarse a Somos familia, la novela de Telefe, no dudó.
A ocho meses de ser mamá, Sabrina habló con Ciudad.com de la experiencia y reveló sus miedos e inseguridades al aceptar la propuesta.
"Por suerte, no grabo mucho horas, pero me desespero por verla y pienso que no le puedo explicar que ya vuelvo".
- ¿Cómo fue la vuelta al trabajo?
- Tenía muchas ganas de trabajar en algo que me sea cómodo. Y como Esperanza es chiquita, pensaba que iba a pasar un año más sin trabajar. Hasta que me llegó esta propuesta que fue redonda porque grabo cerca de casa. Y ni hablar cuando me comentaron que mi personaje hacía pareja con Gustavo Bermúdez. Enseguida dije que sí porque no me podía perder trabajar con él, que es “el” galán.
- ¿Y cómo fue?
- ¡Quedé fascinada! Hay tanta buena onda, son tan relajados, hay cero histeria que te hacen sentir muy cómoda. Venía de estar parada tanto tiempo que una entra con miedos porque además es un grupo que venía grabando desde hace tiempo. Y una tiene inseguridades... La verdad es que es un placer, estoy contenta con mi personaje, mis compañeros, grabo cerca. Me cayó del cielo esta propuesta.
- ¿De chica mirabas a Gustavo Bermúdez?
- ¡Sí! Las suyas eran “las” novelas. Tengo escenas románticas con él y digo ‘¡guau!’. Me sale la cholula de adentro, ja ja ja. Pienso en Celeste, Antonella, Celeste siempre Celeste, Nano…
"Luciano enseguida me dijo que lo tenía que hacer. Me apoyó y está muy contento de que vuelva a trabajar".
- ¿Y se hace difícil con la beba?
- La gorda se queda en casa con mi hermana o con su abuela paterna, que me ayudan. Si tuviera que dejarla con una niñera, no lo hubiera aceptado porque, por suerte, no tengo la necesidad económica de trabajar. Estoy cerca, así que a veces puedo volver a almorzar a casa. Me puedo manejar bien porque no son tantas horas, capaz algún día me toca largo.
- ¿Quién sufre más las jornadas largas? ¿Ella o vos?
- Eh... no sé, a veces me dicen "no te preocupes, la nena está bárbara". Llamo a cada rato, me desespero por verla y pienso que no le puedo explicar que ya vuelvo. Sí, ¡sufro más yo que ella y el reencuentro es hermoso! Ella se porta re bien, desde que nació duerme toda la noche. No sabemos lo que es estar una noche en vela. Venimos con suerte, es una genia.
"Tengo escenas románticas con Gustavo Bermúdez y digo ‘¡guay!’. Me sale la cholula de adentro".
- ¿Luciano te apoyó o prefería que te quedaras un tiempito más con Esperanza?
- Enseguida me dijo que lo tenía que hacer. La única preocupación era con qué familiar podíamos dejar a la beba. Una vez resuelto eso, me apoyó y está muy contento de que vuelva a trabajar.