La sorprendente participación de Pepito en la avenida Corrientes con Priscilla, La Reina del Desierto, marcará un hito en la historia del musical. El transexual que interpreta le aporta mucho más que ese “toque gay” que dicen que deben tener las comedias exitosas del rubro. Mucho taco gastado, glam y humor en una de las obras del 2014.
“Me duelen las manos de tanto aplaudir”, comentaba una espectadora a la salida del Teatro Lola Membrives, el domingo por la noche, tras presenciar la función de Priscilla, La Reina del Desierto, protagonizada por Pepe Cibrián Campoy, Alejandro Paker y Juan Gil Navarro.
Priscilla, La Reina del Desierto cuenta la historia de una transexual y dos transformistas que salen de gira en un autobús-caravana.
Y sin dudas, ese era el sentimiento general de la mayoría de los asistentes a esta comedia musical que cuenta la historia de una transexual y dos transformistas que salen de gira en un autobús-caravana bautizado como “Priscilla”, por el interior de Australia. El espectáculo tiene varios puntos a favor: un gran elenco, un vestuario fastuoso, la banda sonora con los hits de los años 80-90, una adaptación que borra la distancia con el desierto australiano y acorta la lejanía con el mundo drag.
La historia de Tick (Paker), Bernadette (Pepito) y Adam (Navarro), entretiene, emociona y hace bailar durante tres horas, sin prisa ni pausa. Sin lugar a dudas, la maestría de uno de los mejores actores de comedia musical (Paker) sostiene a esta historia. Gil Navarro sorprende con su personaje Adam/Felicia, en un rol poco habitual y muy complicado para un “galán televisivo” (como quizás lo tenga etiquetado el espectador). Y la frutilla de esta torta es Cibrián, que merece un párrafo aparte.
La maestría de Parker sostiene a esta historia. Gil Navarro sorprende con su personaje en un rol poco habitual. Y la frutilla de esta torta es Cibrián.
Pepito tiene en su haber más 55 puestas teatrales (como director y actor) y esta vez se prestó a ser dirigido, y ese fue un gran acierto para su carrera. Cibrián sorprende como un cantante entonado y con personalidad, en temas tan dispares como los hits “Go West” o “I will survive”, hasta en alguna balada compuesta para la pieza. El texto también le permite mostrar lo buen actor cómico que es, y logra con varios remates estruendosos aplausos y ovación de pie al final.
El papel de Bernardette (una flamante viuda transexual que retoma en este viaje su vida artística) había sido pensado para Dady Brieva (que no aceptó el rol), y luego se le ofreció a Juan Pablo Geretto (que no arreglo por otros compromisos personales), y mientras buscaban a un protagonista fue el mismísimo Pepito quien llamo a los productores para ofrecerse, ya que era fanático de la obra que había visto en Londres. Y no podría haberse tomado mejor decisión, el público se sorprende con su aparición y con sus transformaciones.
Pepito tiene en su haber más 55 puestas teatrales y esta vez se prestó a ser dirigido, y ese fue un gran acierto para su carrera.
Por otra parte, Omar Calichio, Mirta Wons, Sabrina Artaza y cada uno de los bailarines y cantantes demuestran que el talento todo lo supera y que hasta el personaje más chico es enorme en manos de un buen profesional.
Este glamuroso trío de Sidney que viaja por el desierto australiano, es indudablemente una de las mejores opciones de la cartelera porteña, y una de las más efectivas de su género en años. Como dijo la señora a la salida “para cansarse de aplaudir”.
Los comentarios publicados en ciudad.com.ar podrán ser reproducidos parcial o totalmente
en la pantalla de Ciudad Magazine, como así también las imágenes de los autores.