"Estuve el día antes con él. Le dolía mucho la pierna, todo el cuerpo".
La muerte de Ricardo Fort tomó por sorpresa a todo el mundo y, un día después del fatídico hecho, Marta Fort decidió romper el silencio. La madre del fallecido empresario habló por primera vez de la triste pérdida y lanzó fuertes declaraciones.
“Ricardo no fue bien atendido. Estoy segura de que los médicos no supieron qué hacer con él. No creo que tomara mucha morfina, tomaba los medicamentos que los médicos le recetaban”, aseguró en Radio 10 y sembró un halo de dudas sobre la muerte del mediático. Marta contó cómo fue su último encuentro con Ricardo. “Estuve el día antes con él. Le dolía mucho la pierna, todo el cuerpo. Cuando lo pasan a terapia es cuando falleció”, relató dolida.
"No me gustan los velatorios. Será por eso", explicó sobre la decisión de hacer una ceremonia íntima.
Además, Marta esbozó una explicación sobre por qué no quisieron un velorio multitudinario. “No me gustan los velatorios. Será por eso”, dijo la mujer, que al momento no había visitado la casa funeraria de avenida Córdoba donde se encontraban los restos de su hijo.
La mamá del empresario habló también de la relación que tenía con él. “Siempre lo ayudé a Ricardo porque él siempre necesitó ser ayudado. Fue muy fuerte, era un gran creativo, un gran artista, un gran cantante, todo lo hacía con unas ganas increíbles. He perdido lo más importante de mi vida”, confesó. Con voz quebrada, continuó su relato. “Hablaba conmigo seguido, porque todo el tiempo era: mamá necesito esto, mamá necesito esto. Yo lo amaba como era. La gente en este país lo amaba. Yo salía a la calle y me decían: la mamá de Ricardo”, afirmó.
"Ricardo siempre necesitó ser ayudado. He perdido lo más importante de mi vida".
Finalmente, dejó también algunas reflexiones sobre el futuro de sus nietos, Felipe y Martita, y su custodia. “Los chiquitos tienen que estar bien atendidos. Siempre los atendió un amigo, Gustavo Martínez, que era como un padre para los chicos”, remarcó la mujer, y agregó: “Yo no porque soy un desastre como abuela, pero sí este chico Gustavo y Marisa. Yo no me voy a hacer cargo porque no creo que tenga la capacidad para hacerlo. Aunque no sean sus hijos se comportan como unos grandes padres”, concluyó. El dolor de una madre ante una pérdida irreparable.