Kim Kardashian se convirtió en madre hace algunos meses y no fue un momento fácil ya que debieron inducirle el parto cinco semanas antes de la fecha estipulada por una condición llamada toxemia, que se caracteriza por tener la presión arterial alta, proteína en la orina y edema.
Afortunadamente, North West nació sana y la madre no tuvo más complicaciones. Lo malo es que Kanye West estaba en un avión mientras su hija llegaba a este mundo.
Toda esto se pudo ver anoche, en Estados Unidos, en el nuevo episodio de su reality Keeping Up With the Kardashians, que se emite por E!
“Tengo la presión muy alta. Mi hígado está colapsando. La única manera de deshacerse de esto es que nazca el bebé. Tengo que parirlo hoy”, le dijo Kim a su hermana Khloe por teléfono.
Aunque todo esto sorprendió a los televidentes, lo que causó un tremendo shock en los seguidores del programa fue cuando Kim confesó que lo primero que hizo al llegar a su mansión fue verse sus partes íntimas en el espejo.
“Cuando regresé del hospital, la primera cosa que hice fue verme la vag… en el espejo. Se ve mejor que antes”', dijo Kim.