Madonna asistió la semana pasada al Festival de cine de Nueva York para ver el estreno del filme 12 años de esclavitud, pero la cantante, en vez de concentrarse en el film, estuvo enviando mensajes durante media hora. Algo que molestó a los demás asistentes.
Un mujer le pidió que dejara de usar su teléfono y la blonda, bastante indignada, se defendió diciendo a los que tenía alrededor que eran unos "esclavizadores" y justificó su actuar ya que usó el celular por motivos de "negocios". Tim League, el dueño y fundador de la empresa Alamo Drafthouse, fue más allá y prohibió a Madonna la entrada a sus salas en cualquiera de los complejos que tiene en Estados Unidos.
"Hasta que no emita una disculpa pública a todos los que asistieron al festival, Madonna no podrá entrar en ninguna de las salas Drafthouse", aseguró League, quien poco después quiso reafirmar su decisión ante los medios de comunicación.
"En principio, hasta yo mismo me tomé a broma la situación y lo que tuiteé no fue más que el resultado de un momento de diversión. Pero teniendo en cuenta lo mal que ha sentado su ofensa a los fanáticos del cine, hemos decidido que continuaremos con la prohibición hasta que demuestre un poco de humildad ante el mundo. Sé que no le va a cambiar la vida el hecho de no poder ir al cine, pero debe aprender que es de mala educación usar el móvil mientras se ve una película", informó al portal Entertainment Weekly.