En medio de la revoltosa llegada de Diego Armando Maradona al país -que incluyó golpes e insultos a los periodistas, corridas y piedrazos- el ex DT de la Selección Nacional conoció finalmente a su hijo Dieguito Fernando, de tres meses. Pero Diego tuvo otra presentación esa madrugada de furia: se encontró con sus suegros, los padres de Rocío Oliva.
Luego de pasar por la casa de Verónica Ojeda en Ezeiza para ver por primera vez a su hijo, Diego y Rocío partieron rumbo a Bella Vista para compartir una cena con la familia de Oliva en el hogar familiar.
Al día siguiente, AM logró obtener el testimonio de Mónica, la mamá de Rocío: “Estuvo todo bien. Mi hija está bien. No tuve tiempo de hablar con ella. Sólo cenamos”, fue la escueta respuesta de la señora.
Pero su marido, padrastro de la joven, se mostró más entusiasmado con su famosísimo nuevo yerno: “Fue espectacular. Es la primera vez que lo veo y es un fenómeno. No deja de ser un fenómeno. Es una sorpresa que sea el novio de Rocío. Uno no espera algo así. Ha sido mi ídolo y uno no puede creer tenerlo en casa. Es un ídolo. Estaba tranquilo cuando vino”, dijo el hombre, con la camiseta de Boca asomando debajo de su campera.