Cuando en abril de este año Ailén Bechara (25) le comunicó a Guido Kaczka su decisión de abandonar su programa para intentar entrar a Bailando 2015 (casting en Este es el Show mediante), sabía que todo lo que vendría de ahí en más le demandaría muchísimo esfuerzo, y demostró estar a la altura del desafío. Convertida en la gran revelación del certamen al meterse entre los ocho finalistas y tras el batacazo de haber sacado a Ergün Demir en el duelo telefónico, la santafesina acusó recibo de la presión por las instancias finales y rompió en llanto en Este es el Show.
Más sensisble que nunca, Ailén se atajó al responder el saludo de José María Listorti y Paula Chaves: "Perdón, parezco 'la llorona'. Creo que todos los participantes que llegan a esta altura se ponen así, mal". Sin ahondar en detalles, la rubia comenzó a explicar el motivo de su crisis: "Pasa que quizá no nos entendemos (con Fernando Bertona, su bailarín y novio). Son cosas que pasan acá adentro (…) Uno viene muy cansado acá y estamos todos muy sensibles, y reconozco que tomo todo a mal, y de la otra parte también".
"No me peleé con nadie, cuando salimos a cámara estamos felices, pero en el durante… a mí no me entra una coreo más en la cabeza. Nos peleamos en los ensayos nada más, después está todo más que bien. Ensayando tal vez no nos entendemos. Pasa que no soy bailarina, hago lo que puedo. Me exige bien porque todo lo que logro en la pista es gracias a él (su pareja, Fernando Bertona) y Cristina (la coach)".
"Acá se mezcla todo. No me peleé con nadie, cuando salimos a cámara estamos felices, pero en el durante… a mí no me entra una coreo más en la cabeza. Nos peleamos en los ensayos nada más, después está todo más que bien. Ensayando tal vez no nos entendemos. Pasa que no soy bailarina, hago lo que puedo. Me exige bien porque todo lo que logro en la pista es gracias a él y Cristina (la coach)".
Entonces, el partenaire de la rubia asumió su responsabilidad: "Yo le exijo porque sé que da, pero un cuerpo cansado a veces no responde. Antes, cuando teníamos mucho más tiempo, le daba más". Aunque Bechara se apresuró por excusarlo: "La que se frustra soy yo, no quiero que él quede como el malo de la película (…) Muchas veces se trasladó la discusión a lo personal, pero lo solucionamos".
"Estamos felices en el certamen, es todo lo que no se ve. O cosas cotidianas, como que se casa mi mejor amiga y no puedo ir al casamiento. Por ejemplo. Eso es algo que me tiene muy mal".
Para cerrar y aclarar lo que se presentaba confuso, Ailén Bechara se desahogó refugiada tras sus gafas: "Estamos felices en el certamen, es todo lo que no se ve. O cosas cotidianas, como que se casa mi mejor amiga y no puedo ir al casamiento. Por ejemplo. Eso es algo que me tiene muy mal". Ese mismo sufrimiento quedó resumido en un puñado de mensajes en Twitter.
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