En diciembre de 2010, Mirtha Legrand fue víctima de un robo millonario: tres personas ingresaron a su domicilio y le sustrajeron dinero y joyas.
Tras la denuncia, la investigación determinó que dentro de los potenciales responsables se encontraban la empleada doméstica de la diva, Lina Rosa Díaz, su hijo y su esposo, Orlando Jiménez y Jorge Petrak, respectivamente.
Siete años después, y luego del paso de Mirtha por Tribunales para declarar en la causa, la Justicia resolvió a favor de Lina y sus familiares, tras argumentar que las pruebas no eran suficientes.
Mariana Gallego, abogada de Legrand, afirmó que el caso "quedó impune porque la justicia decidió no escuchar". En la misma línea, garantizó que Mirtha no apelará el fallo.