Se confió en que a él no le iba a pasar, pero lamentablemente se equivocó. Diego Pérez no prestó atención a las advertencias y estacionó su auto en la calle. Y cuando salió de la reunión que tenía en Jotax, encontró la ventana del lado del conductor rota y todo revuelto. Le robaron el GPS y un perfume que deja en el vehículo.
Para colmo, no sólo pasó el mal momento, sino que además se resfrió ya que estuvo todo el día manejando con el viento en la cara. Su mayor indignación es que la alarma nunca se disparó. Por suerte no estaba presente en ese momento, porque Diego admitió que podría haber reaccionado sin pensar.