Cuando los portales y los programas recogen las frases más polémicas, arrancan con las desmentidas. Con el famoso “me sacaron de contexto” y “no voy a hablar más”. Eterno muro de los lamentos.
Frente a los móviles o pedidos de entrevistas, un grupo de actores recitan hasta el hartazgo el "no, no y no". Pero si la cuestión es promocionar una línea de ropa, un agua saborizada o una obra que con suerte la ven sus amigos y familiares, ahí se vuelven amorosos y deciden mágicamente contestar todo.
En otros momentos, deciden “abrir su corazón” en las revistas. En publicaciones que ellos consideran “cool”. En esas páginas, no tiene problemas en volcar sus intimidades, sobre sus ex parejas, sus hijos, drogas, confesiones sexuales, o le que les genere repercusión. Sus jefes de prensa o representantes, arreglan producciones fotográficas de calidad, con muy buena luz y una buena cuota de Photoshop, hasta la ridiculez de convertirlos en otras personas. En esas que no son. Ni en lo estético, ni en el interior de sus almas.
Una vez publicadas las entrevistas, y cuando los portales y los programas recogen las frases más polémicas, es justo ahí cuando arrancan con las desmentidas. Con el famoso “me sacaron de contexto”, “no me hicieron preguntas inteligentes”, “solo pusieron lo negativo para vender más”, “tengan respeto”, “No voy a ir a ningún programa “, “no voy a hablar más”, y así un eterno muro de los lamentos.
También están los que lloran por la “guerra de boleterías”. No se dan cuenta desde la cima de su frivolidad que esas cuestiones egocéntricas solo los preocupan a ellos.
También están los que lloran por la “guerra de boleterías”. Las excusas son otras, que hay “obras con apoyo de productores de tv”, que siempre “le hacen notas a los mismos”, que “a Moria nunca la critican porque le tienen miedo”, y bla bla bla. Sin darse cuenta que al público realmente no le interesa si “agotaron localidades”, si “llenan las salas” o “si van primeros, segundos o terceros”.
Lo que no se dan cuenta desde la cima de su frivolidad, es que todas estas cuestiones egocéntricas solo los preocupan a ellos.
Mientras tanto hay una enorme lista de primeras figuras que no necesita exponer sus intimidades y son interesantes solo por su labor. Incluso tampoco tienen pruritos de dar explicaciones cuando algún escándalo los envuelve.
Ricardo Darín, Guillermo Francella, Elena Roger, Julio Bocca, Marley, Enrique Pinti, Antonio Gasalla, Patricia Sosa, Valeria Lynch, Luis Brandoni, Norma Aleandro, Alfredo Alcon, Martín Bossi, Graciela Borges, Pepe Cibrian, Sandra Mihanovich, y un sinfín de trabajadores del espectáculo.
Esos artistas que llegaron a la cima, a fuerza de talento y perseverancia, sin complejos de cool, ni guerras con la prensa. No es tan difícil, pero tampoco es para todos.