Florencia Peña y Hernán Piquín se mostraron disconformes en La Cocina del Show, con los conflictos que se generan a partir de su paso por la pista. El debate con sus compañeros terminó salpicando a Este es el show, la producción de Bailando 2012 y, sin nombrarlo, al mismísimo Marcelo Tinelli.
El del sábado fue un debate donde poco se habló sobre el baile, los sueños que cada uno representa o el trabajo de los coreógrafos y los partenaires. Ninguno de los disconformes se acordó mínimamente de agradecerle al público que los apoya, al ciclo que los popularizó, o hasta triplicó sus cachets. Un encuentro que mostró claramente los intereses de cada uno.
"Por qué hay una necesidad de pelearse con la gente. No es elevado pelear con los demás. No me gusta decir las cosas en cámara. No confundamos sinceridad con decir todo de cualquier manera. Hay mucha violencia en el mundo, como para que nosotros la generemos desde un lugar público: si nos puteamos, se pelean nuestros fans. Si no te peleás, la prensa dice que no existís, se lo digo a los periodistas que necesitan que nosotros seamos muy conchudos para tener noticias todo el tiempo. No necesito mas tiempo de cámara, vomito sino. La gente me vomita. Esto no es Gran Hermano", declaró Florencia Peña.
Hernán Piquín (que se la pasó leyendo los fuertes mensajes en Twitter de los televidentes), expresó: "Cuando la discusión se hace mediática, los fans arman quilombo, como la gente que trabaja en los medios. Me molestan estas cosas que hacen acá, ¡¡¡enfocan a Magui para hacerme pelear con ella!!! ¿Para que nos invitan si nos quieren hacer pelear?", disparó el participante contra la producción de Ideas del Sur.
"Estoy es un concurso de baile y hay que defenderlo así. La prensa arma todos los escándalos. Los periodistas que opinen de lo que realmente se dijo, y no para destruir a alguien. Los fans de Magui me dicen hijo de p... te vamos a cagar a palos", se quejó.
"A mí me cagan rayando el auto en Ideas. Los fans no tienen respeto. Hay periodistas que arengan el quilombo, nosotros tenemos que pedirle respeto a los seguidores. Vos los incentivás agradeciendo cuando tus fans nos atacan", le apuntó Piquín a Bravi y recordó conflictos del año anterior: "Ustedes no saben lo que eran los fans de Coki (Ramírez). Rayaban autos, le pegaron a Larissa Riquelme".
Matías Alé también se sumó a las quejas contra los productores de Este es el show: "Van siempre los mismos. A mí nunca me llaman para ir si no tengo conflicto. Jamás me preguntan por los ensayos por lo bien que salió un truco. Si no peleo con Magui no tengo móvil. ¿Por qué no me hacés una nota para ver cómo está mi pierna? ¿Cuándo termine esto, donde irán todos estos chicos, serán fans de Papá Noel?, preguntó con ironía el ex de Silvina Escudero.
El debate sobre el final de Bailando 2012 despertó una discusión impensada, poniendo como protagonistas a los seguidores de los más populares: Magui Bravi, Cristian Urrizaga y hasta Coki Ramírez (que este año no estuvo en el concurso). Urrizaga argumentó que las "redes sociales son una porquería cuando te tergiversan y te hacen pasar por violento. A Coki le endilgaban cosas con las que no tenía nada que ver. No nos ensucien, porque a mí también hasta me desean la muerte", le contestó el campeón de Gran Hermano a Piquín. En tanto, la ganadora de Soñando por bailar 2 defendió a sus bravistas: “Meten a mis fans para perjudicarme, no es justo porque sólo los expusieron a los míos”.
Con total conocimiento del ciclo y del uso de las redes sociales, fue Pedro Alfonso quien cerró el debate sin desbordarse: "Acá todos hablan de como hacer TV, de a quién hay que invitar o cómo se hacen los programas, y nosotros venimos a bailar. No hay que darle entidad a lo que se dice en Twitter, no podemos depender de la opinión de lo virtual. No estamos para educar a la gente. No tenemos que alentar agresiones, nada más".
El del sábado fue un debate donde poco se habló sobre el baile, los sueños que cada uno representa o el trabajo de los coreógrafos y los partenaires. Ninguno de los disconformes se acordó mínimamente de agradecerle al público que los apoya, al ciclo que los popularizó, o hasta triplicó sus cachets. Un encuentro que mostró claramente los intereses de cada uno.